Aunque lo disimule, el título refiere a un lugar, pero también a la enmarañada trama de relaciones que aquí se entrelazan, y donde la felicidad es pura ausencia. Bosques cuenta un mundo donde la marginalidad es un hábito, el robo un modo de sobrevivir entre muchos, el sexo un sistema de intercambio cotidiano, y la muerte un desenlace frecuente y poco original. Con un estilo nervioso y vibrante, una dirección de actores no profesionales que hace tiempo no se veía, un uso muy preciso de locaciones reales y un efecto de verdad estremecedor, los debutantes Quattrini y Campusano logran una película que se inscribe en las líneas más potentes del llamado nuevo cine argentino. La brevedad de la película deja un sabor amargo y un deseo de más.
Sergio Wolf – Director Festival BAFICI